Oración del Papa Francisco a María en la pandemia
Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos confiamos a ti,
Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en
Cana de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado
sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas, que estamos en la prueba, y libéranos
de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita. Amén.
(Papa Francisco, 11 de marzo 2020)
Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, discípulo fiel y amigo del Señor Jesús!
Te invocamos como Patrono en los casos difíciles y humanamente desesperados.
Ruega por mí, pobre pecador, a Dios Todopoderoso, pues me hallo desesperado
por (hacer aquí mención de la aflicción que nos agobia) y socórreme,
i es para mi provecho, gloria de Dios y honor tuyo.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de tu protección
y hacer lo que pueda para extender tu devoción. Amén.
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, divino Maestro, que no busque ser consolado, sino consolar;
que no busque ser comprendido, sino comprender;
que no busque ser amado, sino amar.
Porque dando es como recibimos; perdonando, es como tú nos perdonas;
y muriendo en ti, es como nacemos a la vida eterna.
La Bendición de los alimentos es un recurso que te puede ayudar para bendecir cada una de las comidas que este tiempo puedes compartir con tu familia y también es bueno para que les enseñes a los niños esta hermosa y piadosa costumbre que sin lugar a dudas alegra tanto el corazón de Dios.
Nota: Después de cada frase haga una pausa para
1) pensar cómo lo ha bendecido Dios en este día,
2) qué regalos ha recibido de Dios,
3) la gratitud que tiene por la comida que va recibir,
4) lo generoso que ha sido Dios con usted y su familia, y
5) como la presencia de Cristo esta entre ustedes.
Bendícenos, oh, Señor
y estos, tus regalos
que estamos a punto de recibir
de tu generosidad
a través de Cristo, nuestro Señor